En la campaña a las elecciones por la Alcaldía de Medellín, Federico Gutiérrez, el entonces alcalde, tenía como candidato para su continuidad a Santiago Gómez. Sin embargo, su visibilidad solo se dio por ser “El de Fico” como decía su slogan; sin embargo, poco se reconoció por su nombre, por sus propuestas o por su capacidad de liderazgo, más bien paso de agache y arrastró votos de opinión provenientes de una popularidad inflada por el exalcalde quien según un reporte de la FLIP gastó la suma de $130.272.827.997 en contratos de publicidad.
Tan poca era su trascendencia que después de la campaña desapareció de la escena política y no se notó, hasta esta semana que volvió a ser noticia por una multa impuesta por el Consejo Nacional Electoral (CNE) que sancionó con $14’167.395 al excandidato Santiago Gómez y con el mismo monto a cada uno de los integrantes del comité promotor de su campaña “Seguimos contando con vos”: Juliana Gutiérrez, hermana del exalcalde Federico Gutiérrez; a Hernando Muñoz y a José Miguel Zuluaga, por declararse en su propaganda como el candidato del entonces alcalde Federico Gutiérrez.
Hay que recordar que es la ley 130 de 1994 la que regula y estipula el estatuto básico de los partidos y movimientos políticos y dicta normas sobre el financiamiento de las campañas electorales y se dictaminan otras disposiciones, entre ellas, es prohibida la propaganda política por parte de funcionarios públicos.
La estrategia, hacía que la agenda del mandatario y el candidato se cruzaran para que ambos estuvieran en las mismas zonas de la ciudad haciendo recorridos. Una forma de campaña, no solo poco ética, sino también absolutamente inequitativa y mal diseñada, en la que los perdedores, económicamente y políticamente fueron los asesores, pues al final su candidato no tuvo la recordación necesaria para ser elegido en las urnas.
Al final parece que de publicidad solo aprendieron a gastar plata y no a ejecutarla.
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