Opinión por: Daniel Meléndez
Nulo respaldo en calles, plantones sin gente y, ahora, el papelón ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En Medellín, quienes revocan se equivocan
Avalancha de tutelas en abril pidiendo planillas, recusación en mayo al Alcalde ante Procuraduría para que no vigile protocolos de bioseguridad y un plantón el 11 de mayo ante Registraduría para exigir entrega de planillas (al que acudieron menos de 20 personas) son algunos de los “hitos” de los dos comités en Medellín para revocar al Alcalde Quintero Calle. Y siguen dando tumbos, yendo del timbo al tambo.
El enredón
Y es que así hubiera planillas, la Registraduría no puede entregarlas. ¿Y por qué? Por el enredo jurídico que, desesperados, han armado los comités de revocatoria. Saben que están en una carrera contra el tiempo; según lo ha manifestado Yesenia Bedoya, del comité «Medellín Te Pertenece», “sin planillas no hay plata”. Y no quieren que su campaña de revocatoria se cruce con las elecciones de 2022.
Respondiendo a la recusación, el Alcalde Quintero Calle se declaró impedido para vigilar protocolos de bioseguridad y la Procuraduría actuó en consecuencia: cuando un mandatario se declara impedido para una función específica de su cargo, el Presidente de la República debe nombrar un mandatario ad hoc, en este caso, alguien que cumpla la función para la cual el mandatario se declare impedido. Sólo que no hay un plazo fijo para que el Presidente lo nombre; puede hacerlo hoy, en tres meses, o en un año.
En otras palabras: un juez tendría que ordenar la entrega de planillas y el Alcalde ad hoc, autorizar protocolos. Pero, si no hay Alcalde ad hoc nombrado en propiedad, no hay quién vigile esos protocolos y, si no hay quién los vigile, no se entregan planillas. Y si no hay planillas, no hay plata para la campaña de revocatoria. Ese es el enredo jurídico creado por los propios revocadores.
Es en este contexto que desde «Medellín Te Pertenece» han iniciado una campaña jurídica y mediática para “presionar al Presidente” a que nombre al Alcalde ad hoc. Visiblemente desencantada con la labor del Dr. Julio González Villa, la abogada Yesenia Bedoya ha dicho públicamente en redes que necesitan “un General del derecho” (algo que ofendió al Dr. González Villa) para que les ayude en esta labor, citando a Abelardo De la Espriella y a Hollman Ibáñez Parra
Cuestionado por sus prácticas non-sanctas, la trayectoria de Ibáñez Parra está salpicada de varios escándalos de corrupción (algo que reconocen personas del otro comité revocador). El más llamativo de estos escándalos es el de haber montado una “registraduría paralela” en Cali para “cuadrar firmas” que avalasen un pretendido “respaldo ciudadano” a dos candidatos en 2011. Mejor dicho, un “mercader de firmas” trabaja en una campaña para “recoger firmas”. Calculen.
El Papelón
Como parte de su estrategia jurídica y mediática, Yesenia Bedoya logró inscribirse como una más las miles de víctimas ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que está en Colombia para escuchar los testimonios de las víctimas de los disturbios y protestas causados por el paro nacional. Así, con sendos folios en mano, Bedoya viajó a Bogotá en horas de la mañana del 9 de mayo, anunciando en redes que su caso “sería escuchado en audiencia ante la CIDH”.
El papelón fue mayúsculo. No sólo porque la abogada Bedoya sea una defensora contumaz de los “derechos civiles” de los paramilitares, y del “derecho a la legítima autodefensa”, sino porque los derechos que según Bedoya, le han sido vulnerados, son derechos políticos…. ¿vulnerados por las protestas?
Como abogada, probablemente Bedoya habrá buscado la manera de relacionar la demora en entrega de planillas con el paro nacional, A Bedoya le queda muy difícil argumentar ante la justicia colombiana que ha habido prevaricato o corrupción en la entrega de planillas; las únicas pruebas que tienen son los tiempos y nadie ha fallado en contra de entregarlas. La demora es por el enredo / vacío jurídico que hay. Pero ante la CIDH debe presentar videos y otras pruebas documentales y testimoniales que el Estado colombiano le está vulnerando sus derechos. Y no las tienen.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos está para temas más grandes. Más pueden hacer los familiares de desaparecidos, torturados, mutilados o asesinados durante los disturbios, o incluso la mamá cuyo bebé murió en una ambulancia por bloqueos en vías. En cambio, un proceso de revocatoria probablemente sea visto por la CIDH como el de una minoría que quiere usar derechos políticos para revocar un Alcalde electo democráticamente.
El mejor indicio para respaldar lo aquí afirmado es el hecho que a diferencia de muchos abogados han enviado informes a la CIDH, Yesenia Bedoya salió de la audiencia sin una medida cautelar. Sin algo para mostrar en redes. Sin bombos y platillos. Casi que le tomaron la denuncia y “siguiente, por favor”.
La conclusión
Todo hay que decirlo. A Yesenia se le reconoce la astucia y el querer dar un golpe de opinión. Pero, como todo lo que han organizado desde ambos comités, no han logrado un impacto más allá de titulares que se olvidan rápidamente.
Los días pasan y Medellín se recupera de los estragos de la pandemia. Mientras tanto, desde la revocatoria se van quedando sin argumentos. Saben que el tiempo apremia y son conscientes que su momentum ya pasó. La ciudad recupera su rumbo, se reactiva la economía, el Alcalde Quintero Calle muestra resultados ¡y la Medellín Futuro avanza imparable!