Un proceso de revocatoria como el que se adelanta en Medellín, puede costarle al país cerca de 10.000 millones de pesos. Esta cifra puede aumentar en caso de que se llegue a convocar y realizar una votación. En ese escenario el costo podría aumentar en un 50%, es decir que terminaría costando unos 15.000 millones de pesos, una cifra que podría ser mayor si se tiene en cuenta que este mismo proceso en Bogotá costaría unos 35.000 millones de pesos.
En las condiciones actuales de la economía tras la pandemia y una crisis económica que afecta a todos por igual, grandes emresas, medianas y pequeñas, y hasta a la ciudadanía de a pie una inversión de ese calado podría ser mucho mejor aprovechada en otras acciones que beneficiarían mas a la gente.
Las inversiones que se pierden gracias al proceso de la revocatoria
Por ejemplo, con ese dinero se podrían construir 5 colegios ubicados en las comunas de Medellín que, aunque tienen acceso, podrían mejorar la calidad de la educación y las condiciones de vida de los estudiantes de secundaria.
Otra de las inversiones que se podría hacer con ese dinero sería la de aprobar por lo menos 40.000 subsidios más para el pago de los servicios públicos, una de las grandes preocupaciones de las familias de la ciudad.
También se podría construir un centro de salud dotado con todos los requerimientos necesarios para garantizar el derecho a la salud de habitantes de muchas comunas, que tienen que recorrer grandes distancias para acceder a los centros asistenciales existentes.
Estas posibilidades de inversión resultan más apremiantes y los procesos de revocatoria resultan mucho menos interesantes si se tiene en cuenta que solamente uno de ellos ha resultado positivo para sus impulsores.
Las revocatorias han demostrado que son un mecanismo de participación ciudadana usado con intereses políticos
Según datos recogidos por el Consejo Nacional Electoral, en el 2017 se realizaron 7 procesos revocatorios que costaron al país alrededor de 1.600 millones de pesos y ninguno de ellos prosperó.

Aunque la información recogida en 2017 en torno a los costos de un proceso de revocatoria en una ciudad como Medellín, estadísticamente si adquiere un valor importante, dado que se evidencia que por cada ciudadano que acudió a las urnas se debió realizar un gasto cercano a los $33’000.000, un valor que, sin duda, en las manos de un ciudadano sería invertido en el mejoramiento de su calidad de vida.
Así las cosas, vale la pena pensarse las verdaderas razones de una revocatoria. En muchos casos quienes las convocan no están pensando en la ciudadanía sino en intereses políticos muy alejados de la cotidianidad y de las necesidades de la gente que convocan a las urnas.
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