Opinión por: Robinson López
Los nuevos flancos de ataques y calumnias por parte del uribismo en Medellín, ahora son las barras de fútbol de Atlético Nacional y el Independiente Medellín, además de los Consejos Comunales de Planeación (CCCP).
Los primeros en recibir improperios y acusaciones de “bandidos pagados” fueron las reconocidas barras de fútbol Los del Sur y las Resistencia Norte, a quien el ex candidato a la gobernación y actual diputado Andrés Guerra acuso de vándalos de la llamada primera línea en la protesta social contra el gobierno Nacional, lo mismo hizo el actual concejal por el centro democrático Alfredo Ramos Maya hijo del ex gobernador Alfredo Ramos acusado de paramilitarismo, quien manifestó que se estarían utilizando los recursos del presupuesto Participativo para favorecer a los familiares de los Consejeros Comunales y corregimentales, lo que según él generaría un conflicto de intereses al ser los consejeros quienes definen los proyectos Comunales. Además aseguro que mas de 100 de estos líderes tendrían contratos con la administración municipal.
Ambos políticos que abiertamente han manifestado estar apoyando la revocatoria contra el alcalde Daniel Quintero, y que además tienen en común estar en la asamblea y el concejo de Medellín respectivamente, gracias al estatuto de oposición logrado en el acuerdo de paz, con las extintas FARC que tanto han criticado, ahora parecen tener como único objetivo, el desprestigió de las organizaciones y movimientos sociales que demuestren tener algún tipo de afinidad al mandatario local.
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Si bien están en todo el derecho de hacer oposición y hacer denuncias, estás deben hacerlas ante los entes competentes y no lanzar acusaciones al aire dejando en entre dicho el trabajo que cientos de líderes sociales adelantan en sus territorios.
Un alcalde con el apoyo de la base Social.
Quintero quien ha librado una dura batalla contra los llamados «cacaos» de la política y el empresariado paisa, a quienes derrotara en las urnas y que hoy huérfanos de poder y llenos de resentimiento buscan revocar su mandato, ha contado, desde el anunció de su campaña, con el apoyo de la llamada organización y movimiento social, líderes que son desconocidos a los ojos de la opinión pública, pero que son quienes realmente conocen las necesidades de su territorio.
Prueba de ello fue la carta firmada por cerca de cien ediles quienes abiertamente manifestaban el apoyo a la gestión del mandatario y que hoy los convierte en el nuevo objetivo del desprestigio y maltrato Uribista, acostumbrados a satanizar todo lo que no este alineado a sus mezquinos intereses políticos y económicos.
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