Por Carlos Molina
Me explico: El 27 de octubre de 2019 se realizaron en la ciudad de Medellín, al igual que en todos los 1.103 municipios del país, unas elecciones NO atípicas como nos lo quieren hacer creer algunos analistas y politólogos de la ciudad. Lo que si se dio fue que se salió del molde, del formato que por años venía operando en la ciudad, que ya hacia parte del paisaje, circunstancia que tenía contento a todo el mundo. Lo que no sabía el común de la gente era su modus operandi, lo que pasaba tras bambalinas que quedó al descubierto al día siguiente de los comicios, hecho que causó revuelo en el mundo político y empresarial del país.
A dichas elecciones se presentaron siete aspirantes de diversos matices y grupos políticos y como era usual en pasadas elecciones y sin mirar color del partido ni cacique alguno, el empresariado antioqueño al unísono y a mutuo propio se confabulaban alrededor de uno o de dos de ellos que a la postre seria el ganador para obtener réditos económicos, de poder y porque no, el control de la ciudad y detrás de esto, de la joya de la corona: EPM, intríngulis que ya la opinión publica conoce al dedillo.
Pero sorprende que los otrora caciques y amos del poder en Medellín, los allegados al liberalismo y al partido conservador pasaron de agache. Si antes, la rivalidad era entre ellos o al interior de los partidos llegando al extremo de sismas y directorios disidentes que en su momento fueron denominados de garaje porque no aceptaban las imposiciones del directorio nacional de esas colectividades, hoy son rezagos que se arriman al mejor postor o se alían al “caballo” ganador y eso fue lo que hicieron los descendientes de Caro y Cuervo y de Rafael Uribe.
Para el periodo 2020-2023 los actores principales de esta película esperaban mantener por cuatro años más control y dominio lo que ya consideraban lo que ya era de ellos.
A este entramado político les ocurrió lo mismo que lo de Hidroituango: les fallaron todos los cálculos y el “boom” noticioso del país giro alrededor de quien alguna vez dijo en CM& un mes antes de elecciones el reconocido periodista, Jamid Amat: Un terremoto político sacude a Medellín y Daniel Quintero Calle es el culpable de ese “sismo”. Ni esta advertencia sacudió a los dueños y amos del Sindicato Antioqueño, ni a los del GEA ni a la clase política porque Quintero Calle siguió de largo y les gano las elecciones con más de 303.000 votos, la mayor votación lograda hasta la fecha en la ciudad.
A partir de este hecho, viene el maremágnum, la puja y la reacción de los grandes perdedores de la cita democrática y no pasaron 24 horas para comenzar armar el rompe cabezas de la revocatoria contra el recién electo alcalde.
Ellos al verse con las manos vacías y que un desconocido políticamente sin arraigo y sin credenciales de clubes sociales ni de renombre en etiquetas del jet set paisa los haya desplazado, ellos calcularon que su permanencia en la alcaldía por cuatro años, los llevaría a todos al ostracismo, a la trastienda o al cuarto de San Alejo de por vida y su poder político y económico quedaría reducido a su mínima expresión.
Estas apreciaciones llevó a los “revocatorios” a salir desbocados a colocarle palos a la rueda a la administración de Quintero Calle y crear falsas cábalas y todo tipo de triquiñuelas y desinformación para confundir a la ciudadanía.
El presidente Duque, a pesar de pertenecer a ese insensato grupo, nunca les hizo juego y antes por el contrario se ha convertido en el aliado del alcalde en programas sociales, administrativos y de ciudad que aunados a la pandemia, los puso a rivalizar entre ellos a pesar del alarde de dinero que tienen para tirar a la basura en un embeleco que nada bueno le trae a la ciudad.
Por el contrario, sería un desgaste para los alocados huérfanos de poder y para la misma administración porque en vez de solucionar problemas de todo tipo, tendrá que recurrir a su legítima defensa y lo más grave aún, el despilfarro económico, de recursos del erario público y logístico por parte de la Registraduría en montar un show que nadie quiere presenciar, pues por esta misma época, se está armando el andamiaje de las elecciones más importantes del país como son las del congreso.
Por fortuna tenemos un alcalde sereno, inteligente y muy bien rodeado que saldrá a defender lo que la misma ciudad escogió pues su programa de gobierno se ha cumplido a cabalidad, tema este que no está incluido como caballito de batalla en los desesperados “revocatorios” pues el tema no es de inconformidad sino netamente p-o-l-i-t-i-c-o y a estas alturas del partido, un año y medio después, los índices de popularidad del mandatario está como Estrella estéreo: su punto más alto.
Con la trillada costumbre de acuñar mensajes baladíes con argumentos simplistas, de lograr a toda costa en recuperar todo lo que habían ganado hasta hoy, se les vino a pique ese poderío de la cual hacían alarde y hoy tienen el cristo de espaldas. De tantas palabrerías publicadas en medios y en las mismas redes, ninguna tiene esa solidez jurídica ni esa contundencia para seducir al electorado primario como lo es la misma ciudadanía.
Los “revocatorios” están nadando contra la misma corriente. Salen a las comunas, barrios, veredas y corregimientos a despotricar del alcalde y este a su vez, viene como una escoba barredora a desmontar esas falacias haciendo presencia como Estado y dando soluciones pues al fin al cabo tienen dos grandes armas a su favor:
El poder legítimo que le da la constitución y la abultada chequera pues para este año 2021 tiene a su disposición 6.1 billones de pesos, 1.7 millones de US como presupuesto, Acuerdo Nro 31 de 2020 aprobado por el Concejo de la Ciudad. A esto súmele las transferencias de la “eficientes” EPM que son alrededor de 1.3 billones de pesos por año, unos 350 mil dólares.
Todas estas premisas es de amplio conocimiento del grupo que ya sabemos. Simple y llanamente ellos solo buscan protagonismo, aparecer en redes y en primeras páginas para cuando lleguen las elecciones para el concejo, la ciudadanía los identifique y los elija como ediles. Ese es el “Plan B” de tal cacareada revocatoria. Tanto desgaste de tiempo, logística y dinero para llegar a lo que ya todos sabemos: Están desde ya en campaña política.
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@RamonHernanAteh
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