A más de 7 días de la Feria de las Flores en Medellín en una edición atípica por la pandemia del COVID, la ciudad ha logrado generar espacios de diversión, oportunidades, reactivación y sobre todo cultura y tradición.
Con una programación para todos los gustos, llevada a cada rincón de la ciudad, incluyente, diversa y que respeta los protocolos de bioseguridad, Medellín se ha convertido en la primera ciudad en hacer conciertos de esta dimensión y abiertos al público.
Esta edición, a diferencia de otras, ha sido descentralizada, pensada en la gente, llevada a los barrios para que el público la disfrute, los escenarios se han vestido de flores, los artistas han hecho vibrar a propios y extraños con esta explosión de alegría que se genera después de casi un año de encierro y restricciones.
Y aunque la mayoría de los comentarios han sido positivos y entendiendo el contexto de esta edición, para los representantes de las viejas élites, las que siempre disfrutaron las fiestas, las que excluyeron, segregaron y olvidaron regiones de la ciudad sienten que “ya no es lo mismo”.
Algunos parecen no entender que se debe seguir cuidando y controlando aforos, buscar escenarios que permitan el distanciamiento, ventilados. Tampoco entienden que no se pueden hacer todos los eventos de antes, ni de la misma manera. Y aunque la vacunación ha surtido efectos positivos, la responsabilidad está en hacer los eventos de manera incluyente y con el cuidado necesario para seguirnos cuidando.
A propósito, Medellín a la fecha tiene 4 días sin pacientes COVID esperando por una UCI y 150 camas libres.
Otro hecho muy significativo de esta edición ha sido la feria Hecho En Paz, que ha permitido que excombatientes muestren sus emprendimientos en el escenario Colombiano, donde se presentan artistas de talla nacional e internacional, lo cual ha sido una vitrina muy valiosa para sus marcas, pues han tenido la posibilidad que medellinenses y turistas conozcan de primera mano los productos.
En definitiva, es entendible que llevar la feria al barrio o que crear ferias para personas que dejaron las armas, sea motivo de malestar con esta edición.
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