Tras la visita de Camilo Romero a Medellín y la gran acogida que tuvo en las calles con la gente y las bases del partido, el sector de los Verdes que quiere darle el aval a Fajardo a como de lugar, sintió pasos de animal gigante pues Romero logró lo que Fajardo no ha podido.
Les voy a contar lo que está pasando y ha pasado al interior del @PartidoVerdeCoL respecto al tema de la elección del candidato presidencial. Es necesario un #Hilo medio largo para exponer lo sucedido, es una especie de línea del tiempo. 🧵👇
— Óscar Cuéllar (@OSCARCUELLAR) August 23, 2021
Fue así como el fin de semana, Angélica Lozano, -luego de ver la avalancha que significa Camilo Romero convocando también a los dirigentes en Antioquia-, salió a decir que hay «una minoría dentro del verde, que su corazón y la agenda política está es con Petro«. Además, afirmó, respecto a la encuesta, que el «resultado va a confirmar que este es un partido de centro-izquierda, que su lugar y su responsabilidad histórica es hacer realidad la Coalición de la Esperanza».
Lo sucedido el fin de semana fue la gota que derramó el vaso del ego de Lozano, quien tiene vendido el logo del Verde a la Coalición de la Esperanza, con la promesa de un proyecto político pensado en el 2026 donde la protagonista fuera la actual alcaldesa de Bogotá, Claudia López.
Según Lozano, esa pequeña minoría del verde que no ha cedido a sus caprichos, busca paralizar el partido para así paralizar la Coalición de la Esperanza. Sin embargo, ella cree que aún están a tiempo de enderezar el camino y poner orden o escindirse. Angélica Lozano sigue sin ser capaz de entender el contexto, la realidad social, lo que dijeron millones de personas en las calles y llevada de su imaginación está implosionando su propio partido.
Las malas decisiones y su ansia de poder está haciendo que se le vaya el partido entre las manos, a pesar de su inmenso poder, burocracia y contratos, pero con ego, falta de visión y demostrando que realmente no son una alternativa ni posibilidad de cambio.