En las últimas horas se ha suscitado una polémica de cuenta de unas fotos en las que la exsecretaria de gobierno de Rosa Cotes, Norma Vera Salazar, estuvo en un evento con representantes de la Coalición de la Esperanza.
El hecho llama la atención porque es bastante particular que, justamente quienes se dicen ser abanderados de la lucha contra la corrupción y los defensores de una nueva propuesta política empiecen a aliarse con los mismos clanes de siempre, que han desangrado el erario y que han estado involucrados en escándalos.
Rosa Cotes fue suspendida por 1 año y multados por la Procuraduría General de la Nación con más de cien millones de pesos por sus manejos que comprometieron cerca de medio billón de pesos del tesoro público y del sistema general de regalías.
La señora Vera Salazar, en su posesión como secretaria de gobierno afirmó que, “renuncié con la convicción de que esta señora que está aquí al lado mío (Rosa Cotes) encarna los mismos valores y principios en los que yo creo, los valores firmes de defensa de los derechos humanos, los valores firmes de la consistencia y el trabajo en equipo y sobre todo los valores de respeto y solidaridad para la mujer”.
Ahora, la reunión con la Coalición de la Esperanza entrega un mensaje confuso para los ciudadanos, dadas las condiciones especificas de lo que representa para la sociedad colombiana el Clan Cotes y que envía un mal mensaje a los sectores alternativos que se ven representados por la Coalición de la Esperanza.
¿Está cambiando de valores e ideales la Coalición en la disputa presidencial? ¿O realmente sacaron las cartas y no representan nada nuevo para Colombia? ¿Siempre han sido más de lo mismo?
Lo cierto es que a pesar de la presencia de Jorge Robledo, que supuestamente ha representado la oposición durante muchos años y ha sido uno de los congresistas más votados, sus decisiones se han acercado más al uribismo que a cualquier otra tendencia, al igual que Sergio Fajardo.
Por el lado de Juan Fernando Cristo, aunque se ha ubicado en el ala santista de la Coalición, sus posturas hacia las víctimas, que han sido más de maquillaje que de otra cosa también dejan mucho que desear de esa “fuerza” política. De los verdes, ni hablar.
Sería una verdadera decepción para los seguidores que les quedan, que ahora lleguen los tradicionales clanes políticos y económicos que han liderado el país desconfigurado por los gobiernos de derecha de toda la historia colombiana. Pareciera que fuera intencional para perder seguidores y trasladarlos a opciones «mas decentes y de centro» que están llegando a la contienda.
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