Han sido varios los episodios en que Álvaro Uribe Vélez, imputado por la Corte Suprema de Justicia, por lo delitos de fraude procesal y soborno a testigos, ha atacado a Daniel Quintero. Sin embargo, las cifras y los éxitos de la administración del Alcalde de Medellín le han dado siempre la razón ante los dichos sin fundamento del uribismo en Antioquia.
De esta “peinada” han dado cuenta medios nacionales que dan siempre como ganador a Daniel Quintero, puesto que una de las acusaciones del político líder del Centro Democrático, tienen que ver con la seguridad que ha mejorado, incluso a índices mayores que los alcanzados por Federico Gutiérrez, uno de sus candidatos uribistas para las elecciones del 2022.
Según la Silla Vacía y las estadísticas oficiales, la alcaldía de Medellín, en la administración de Quintero, ha desmarcado a la ciudad del estigma de ser “la más peligrosa del país” a ser una de las más seguras, a pesar del arraigo de estructuras criminales organizadas, que desde hace cerca de dos décadas, incluso, desde la gobernación del mismo Uribe, han tenido a Medellín como su base de operaciones.
Analistas consultados por los medios de comunicación aseguran que la política social de Quintero, y la puesta en marcha de la Secretaría de la Noviolencia, aún muy incipiente, demarcan una estrategia de seguridad muy diferente y más efectiva que la de sus antecesores, como Gutiérrez de quien está casi establecido, que intentó alianzas con los grupos criminales para mostrar una imagen exitosa que luego se derrumbó por la fuerza de los hechos, entre los que está la captura de Villegas, su Secretario de Seguridad, por alianzas con los mismos grupos criminales que decían combatir.
Uribe rehuyó la discusión de seguridad y la cambió a corrupción
Al parecer, en esta nueva temática que Uribe plantea como un nuevo centro de ataques para el desprestigio también perderá el ex gobernador, pues casi toda la cúpula y las bases uribistas en Antioquia y en Medellín están al borde del colapso pues sus cabezas visibles están a “tres doritos” de tener que dirigir el partido en pijama de rayas desde la cárcel.
Luis Alfredo Ramos, investigado y a punto de ser condenado por paramilitarismo en el Corte Suprema de Justicia, Sergio Fajardo, responsable fiscal por el desfalco de Hidroituango e investigado por la fiscalía por detrimento patrimonial al departamento, el Clan Guerra Hoyos prácticamente inhabilitado por corrupción desde el Concejo, los demás concejales investigados o perdidos sin norte claro y sin respaldo social por los escándalos de corrupción y hasta acoso sexual en su partido, divididos y peleando por ganarse “el guiño” de Uribe, vaticinan una estruendosa derrota.
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