Sergio Fajardo sigue cazando peleas con todo aquel que se le atraviese, con cualquiera, menos con los “usuarios” de redes sociales que lo adulan. A ellos les responde con amor de buen profesor. A los demás los ataca como siempre, sin argumentos y con insultos que él no sabe justificar. El más reciente episodio fue haber descalificado al partido liberal del que sería candidato Alejandro Gaviria.
Le sobran los adjetivos pero le siguen faltando argumentos al Sergio Fajardo que parece estar repitiendo el libreto de 2018, a ver si esta vez si le funciona a él, pues en el pasado le funcionó al uribismo, que gracias al “si pero no o tal vez si o mejor no” del verde, ganó la presidencia en contra de Gustavo Petro, que se enfrentaba al uribismo mismo y a las ballenas de Fajardo.
El caso es que el libreto está escrito y Fajardo lo repite a tal punto de que columnistas como Daniel Coronel le han ayudado a hacer memoria de lo que decía en 2018. Que a Delacalle si pero sin Cesar Gaviria” recordó Coronell.
Lo cierto es que Fajardo vuelve a contradecirse cual “chimoltrufia” pues en días no muy lejanos había dicho que invitaba a Gaviria (Alejandro) a sentarse con él para que hiciera parte de la “Coalición de la Esperanza” pero ahora lo que dice es que están recorriendo caminos diferentes.
El otro absurdo es Daniel Carvalho que cada vez que su “nuevo mesías” dice algo, se encarga de replicarlo religiosamente, pues pasaron minutos después del trino de Fajardo para Carvalho, pegado a la cadena del barco que se hunde, saliera a respaldar la tesis de adjetivos y sin argumentos.
Tal parece que no hay quien se salve de la estrategia política de Sergio que está orientada a descalificar a todos los demás candidatos, menos a los del Centro Democrático, así sea a los que guarda esa agrupación por debajo de la mesa como Peñalosa o Fico, contra quienes no tiene nada que decir. Parecieran sus socios en el escándalo de Hidroituango y no sus contendores. Tal vez no lo son.
Lea también: El Colombiano, la debacle de la ética y el periodismo