La revocatoria tiene muchísimos cuestionamientos, entre ellos por su financiación y por su manera de hacer las cosas, especialmente porque se ve como una represalia de los resultados de 2018. Ahora con la condena de Luis Alfredo Ramos, y su relación con Julio González el manto de duda sobre la legalidad del movimiento aumenta.
Es importante recordar que el líder de la revocatoria, Julio González, es gran amigo de la familia Ramos, que él dice que aspiro al Concejo por un pedido especial del exgobernador y hoy condenado en primera instancia por parapolítica por la Corte Suprema de Justicia, Luis Alfredo Ramos.
Cuando aspiro a la curul a la que no llegó por vía de votos, sino que se la van a regalar porque otro concejal renuncia, su campaña se basó en fotos con los que él considera la honorable familia Ramos, y a la que sigue defendiendo. Una terrible escala de valores invertida.
La revocatoria es promovida y liderada por el señor González Villa, y aspira llegar al Concejo de Medellín para desde allí, alzar la voz y tratar de rescatar ese naufragio. Sin embargo, genera grandes dudas de legitimidad no solo del hijo de Luis Alfredo sino del mismo Julio, que solo es un vocero de los pensamientos y actuaciones de la familia Ramos.
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