Desde que Alejandro Gaviria anunció su precandidatura a la presidencia por firmas, generó todo tipo de reacciones, desde el sector light que lo condecoró como la solución que necesita Colombia, hasta los gremios que conocen su trabajo y empezaron a lanzar alertas.
Además, desde los medios de comunicación tradicionales de propiedad del Grupo Prisa comenzaron una campaña para llenarlo de virtudes y venderlo como el mejor candidato, lo que llamó muchísimo más la atención, sobre todo sí se tiene en cuenta que esos mismos medios venden a los candidatos del llamado establecimiento con acuerdos programáticos bajo la mesa.
Basta recordar en la campaña para las elecciones del 2018, cuando llevaban a cierto candidato a adivinar canciones, tocar guitarra y jugar con el balón. Las consecuencias hoy las sufrimos con creces.
Entonces, ¿quién es Alejandro Gaviria?
Profesionalmente es reconocido por haber sido Subdirector de Planeación durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, Ministro de Salud por 6 años en los gobiernos de Juan Manuel Santos, con la particularidad que fue el peor calificado de todo el gabinete y finalmente, fue rector de los Andes.
Además su vida, siempre ha estado inmersa en las élites políticas, el sector bancario y los partidos tradicionales, es parte del sector “light” que no quiere grandes reformas para el país. En resumidas cuentas es un tecnócrata, burgués y neoliberal.
Su padre, Juan Felipe Gaviria fue Ministro de Obras Públicas de César Gaviria. Fue alcalde de Medellín, nombrado por el entonces gobernador de Antioquia, Nicanor Restrepo, quien fue el creador y presidente del GEA. Fue rector de la Universidad EAFIT en 1996 y también fue Gerente General de EPM (2004 – 2007), impulsor del modelo de privatización de esta empresa y ayudó a estructurar Hidroituango, en pocas palabras fue un aliado del GEA e implementó modelos para que el sector público trabaje para esos grupos de élites.
Su hermana, Ana María fue sancionada y multada por la Superintendencia de Industria y Comercio por el cartel de los pañales.
Su hermano, Pascual trabaja para uno de esos medios del Grupo Prisa, desde donde utiliza los micrófonos con línea política, para atacar sutilmente a los contradictores y hacer ruido.
Y su esposa Carolina Soto Lozada fue co-directora del Banco de la República hasta el año 2021. Fue investigada por detrimento patrimonial de 560 mil millones por la Contraloría como integrante del fondo de financiamiento de infraestructura educativa, del que hacía parte Gina Parody.
Renunció a la co-dirección del Banco de la República, y fue reemplazada por Alberto Carrasquilla, la jugada perfecta para el ex Ministro, autor de la funesta reforma tributaria que desencadenó el más reciente estallido social.
Carolina Soto ocupó varios cargos en el Departamento Nacional de Planeación desde Asesora de la dirección General hasta Subdirectora de Programación y Seguimiento Presupuestal y Directora de Inversiones y Finanzas Públicas, y fue también asesora del Ministerio de Transporte. Durante el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez fue Directora General del Presupuesto Público Nacional y en el sector privado se desempeñó como Vicepresidenta de Fasecolda y como economista en la Corporación Andina de Fomento.
Justamente cuándo fue nombrado Carrasquilla en ese cargo y recién anunciada su candidatura elogió la nominación del presidente Ivan Duque del exministro en ese cargo y dijo “él es probablemente la persona que más sabe de política monetaria en el país, conoce ese tema, conoce el Banco de la República por dentro, fue subdirector de investigaciones económicas en los años 80, es una voz importante para unos debates que vendrán sobre la independencia del Banco de la República… yo creo que es un buen nombramiento, nadie puede disputar los pergaminos académicos de Alberto”. Sin embargo, como las redes sociales no lo perdonaron, salió a retractarse de sus afirmaciones y decir que estaba cansado porque llevaba varios días dando entrevistas. ¿Cómo sería entonces de presidente?
Dentro del linaje familiar de Alejandro Gaviria Uribe nos encontramos su relación sanguínea con el expresidente Alvaro Uribe Velez. Gorgonio Uribe Uribe era hermano de Leon Maria Uribe Uribe. Quienes son los tatarabuelos de Alvaro Uribe Velez y Cecilia Uribe, madre de Alejandro Gaviria. En resumidas cuentas, Alvaro Uribe Velez es tío lejano de Alejandro Gaviria Uribe.
Pero lo más particular del Neo Liberal Alejandro Gaviria, es que ha emprendido una cruzada por quererse mostrar como alternativo, lo que a todas luces no es dada su trayectoria y conexiones, pero peor aún habla de un cambio y quiere un cambio sin decir que cambio ni cómo, y saca 60 puntos llenos de generalidades y lugares comunes, sin fondo ni realidades, mostrando el desconocimiento que tiene de la Colombia profunda, la que sale de la privilegiada élite de la que él viene y a la que él defiende, la Colombia del estallido social del 28 de abril y que está cansada de los pequeños privilegiados.
Su paso por el Ministerio de Salud con más pena que gloria
Como Ministro de Salud, Gaviria logró cinco puntos básicos en seis años de gestión, algo insuficiente para una cartera como la que precedía, en un país como Colombia cansado de los desastres de la Ley 100 de Uribe y que paradójicamente es uno de los países más avanzados en el mundo en jurisprudencia respecto al derecho a la salud, gracias a las luchas de la sociedad civil en donde la tutela amparada en la Constitución del 91 ha tenido gran protagonismo.
Recién llegado Alejandro Gaviria a la cartera en el gobierno de Santos, y en medio de la crisis institucional que había en ese entonces por el escándalo en el sector salud por el desfalco de 30 mil millones de pesos en el que participaban varios funcionarios del Ministerio de la Protección Social, el Fosyga y particulares que se dedicaba al recobro de medicamentos, siete gremios médicos se sentaron con él y presentaron una propuesta de Ley Estatutaria para garantizar que la salud fuera un derecho. Gaviria se negó a recibir el proyecto por lo que fue llevado al Congreso por parte de organizaciones sociales en 2011 y el gobierno hizo hundirlo.
A raíz de la crisis de credibilidad por la que atravesaba Santos, él recibió a organizaciones sociales y gremios médicos que le presentaron la propuesta y entonces desautorizó a Alejandro Gaviria y él mismo la presentó, fue en ese momento cuándo Gaviria se presentó a la Cámara de Representantes con otra ley llena de ‘micos’, como intentar limitar el uso de la tutela o que solo fueran atendidos pacientes sino afectaba las finanzas del estado.
Sin embargo la Corte Constitucional protegió la tutela y no permitió el control fiscal porque están por encima los derechos a la salud y a la vida que las finanzas. Fue entonces cuándo Gaviria emprendió una cruzada por desacreditar la Corte, aprovechando su gran relación con los medios.
De ese episodio, es muy famoso cuándo en el Congreso Nacional de Asocajas, sorprendió a todos diciendo que “La Corte Constitucional quiere que todos los Colombianos coman langosta” y claro, es que para alguien que lo tiene todo y que vive en una burbuja de cristal, que tiene acceso a pagar salud particular y acceder a los tratamientos más costosos sin que eso afecte su canasta básica, pensar en un acceso equitativo a la salud es un exabrupto.
Con lo que pasó con la Ley Estatutaria Alejandro Gaviria mostró su talante, se quiso saltar las instituciones e incluso las atacó, y ahora dice que la Ley Estatutaria es su gran logro, cuándo hizo todo lo posible por dinamitarla, poniendo el mercado por encima de los derechos de las personas.
Saludcoop uno de los casos más graves de Corrupción
El gran desfalco de 1.4 billones, en el que participó el exministro Gaviria, recursos de la salud y por ende la vida de las personas fueron a parar a manos de particulares sin los más mínimos reparos ni condiciones.
Cuándo Saludcoop estaba en quiebra, la “solución” fue una jugada maestra de la EPS en complicidad de Gaviria. Liquidan la empresa y cogen a los afiliados de Saludcoop y los pasan a otra EPS del mismo grupo (Cafesalud), y es ahí donde viene lo delicado, el Estado Colombiano por cada afiliado le paga una cifra a la EPS, lo que conocemos como la UPC, un valor cercano a los $800.000 al año; es decir, que al pasarle a los afiliados les pasaron también un dinero, a los mismos que se declararon en quiebra con otro nombre.
Pero no contentos con eso, Cafesalud que es una empresa particular, recibió la inyección de 200 mil millones del erario público como una medida de Alejandro Gaviria, pues la EPS dijo en su momento que no tenía plata para operar, es decir la refinanció, lo que ameritaba una investigación seria y rigurosa antes de semejante inyección de capital.
En conclusión se puede decir que Alejandro Gaviria, como está demostrado con su historial, tiene una mentalidad autoritaria que, incluso, desconoce los poderes del Estado de derecho, también se opone al cambio y pareciera ser el candidato perfecto para la derecha que, como ya lo anunciaron, será su candidato sin el nombre de partido.
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