De nuevo, las noticias sobre las peleas al interior del uribismo se están volviendo cotidianas y prometen convertirse en largas novelas, al mismo tiempo que se acercan las elecciones y las campañas terminan de calentar motores. El más reciente capítulo lo protagonizaron las llamadas “influencers” de Maria Fernanda Cabal, Gissela Rueda, contra Natalia Bedoy en la que resultó metida Yesenia Bedoya, una de las promotoras de la revocatoria en Medellín.
Esta vez la pelea se dio porque las acusaciones de un lado y otro no dieron tregua durante varios días, tras la publicación de una foto de Natalia Bedoya, junto al Alcalde de Cali, Iván Ospina que fue muy criticada por dos razones. Una primera porque Ospina es uno de los acaldes más criticados del país por el manejo que le dio al Paro Nacional y por el uribismo porque le dio estatus político a la Primera Línea.
Y en segundo lugar porque la fotografía indicaría que Bedoya traicionó sus principios uribistas para acompañar a Ospina, que se vendió como opositor del uribismo. Las reacciones de todo tipo no se hicieron esperar, desde tildar a Ospina como Guerrillero hasta a Bedoya como traidora.

Buscando venganza, Bedoya publicó una fotografía de Cabal, al lado de la Senadora Aida Avella y diciendo que estaban haciendo demasiado escándalo por una fotografía, cunado habían muchas de Cabal con senadores de oposición. Lo que no dijo Bedoya es que su twitter había recortado al senador Uribe y a otros de la bancada.
Allí entró en escena Gissela que no rebajó a Bedoya de ruin y perversa, le faltaron adjetivos, por haber recortado la foto original y presentar ese tuit como si una foto con Ospina se tratara de algo normal para un uribista purasangre.
Allí las reacciones tampoco faltaron y hubo quienes, desprestigiando totalmente a Bedoya con comentarios que rayan en la misoginia sobre su actividad en redes sociales y las fotos que publica.
En conclusión, la pelea del uribismo atravesó a los congresistas y ahora llegó a sus “influencer” e incluso a sus UTL que suman peones a la partida que cada día divide más al uribismo.
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