Desde la llegada de Daniel Quintero a la Alcaldía de Medellín, es evidente que la ciudad de la eterna primavera cambió, y que la Esperanza venció el miedo con el que el uribismo pretendía perpetuarse en el poder.
Sin embargo, la derrota en las urnas no fue suficiente y ahora pretenden recuperar por la fuerza lo que perdieron en las elecciones del 2019. Una de las muestras de ello es que los promotores de la revocatoria, muchos de ellos inmersos en cientos de escándalos de corrupción, acudieron a la trampa y la ilegalidad para intentar presentar un respaldo ciudadano que no existe. Fueron más e 160 mil firmas fraudulentas lo cual podría acarrear investigaciones de la fiscalía.
Pero es claro decir que al uribismo le sobran las razones para querer «recuperar» la caja menor del GEA. Una vez elegido Quintero fue tajante en que no nombraría gerente al que el Grupo Empresarial le dijera, como si pasaba con los anteriores alcaldes.
En esta cruzada no podían faltar los «periodistas» que siempre sobrevivieron del lado de empresarios, defendiendo sus intereses. Los Gómez Martínez vieron como se les alejaba la teta pública que usaban en El Colombiano y se la entregaban a medios emergentes, alternativos, urbanos y barriales. Esta decisión democratizadora le valió a Quintero una serie de artículo de ataques de un periódico, El Colombiano, que recibía el 80% de los recursos de pauta de la alcadía y se destinaban para hacerle publicidad al uribismo y atacar sus contradictores.
En esta estrategia de «gobierno» no faltaban los canales públicos, que se convertían en la caja de resonancia para sus campañas. Telemedellín también ha sido blanco de ataques, curiosamente acusados de ser lo que fueron por muchos años con los anteriores alcaldes, pero que por el contrario ahora, como no son ellos los que gobiernan aseguran que Quintero lo hace mal.
En resumen, el presupuesto de la ciudad lo manejaba un solo grupo económico que luego, de esos mismos recursos, pagaba la campaña en Medellín y Antioquia de sus candidatos de la derecha. Así sucedió con Fajardo y con Gutiérrez, financiados por las empresas que luego ellos favorecerían con el botín de lo público.
No se puede olvidar que en varias alcaldías, hicieron un pacto con las bandas para repartir el control de las comunas (pacto del fusil de Don Berna y Fajardo a través de su secretario de gobierno, Gustavo Villegas que luego fue secretario de seguridad de Fico y fue capturado)
Otra de las prácticas comunes era que, con el dinero de los contribuyentes, los mandatarios locales y las empresas, pagaban las encuestadoras para hablar de una Medellín rica del Sur, mientras los servicios públicos, la Violencia, falta de empleo, salud, recreación, estudio era la realidad de muchos barrios del norte que nunca mostraban.
Es claro también que la revocatoria, el ataque de medios y algunos viejos políticos y un grupo económico , no es más que la avanzada para recuperar su poder en la región y ganar de nuevo las elecciones del 2022.
No quieren el cambio y harán todo lo posible por desmembrar lo que se ha ganando, lo harán con sus inmensas fortunas construidas con nuestros impuestos, lo harán con sus medios de comunicación comprados y seguramente con violencia por los acuerdos que durante décadas hicieron.
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